8:14 p. m.
Juan D. Avila.
Sin dudas, la liberación de Ingrid Betancourt es un duro golpe contra las FARC. El Gobierno colombiano y sus pares aliados, como Francia y Estados Unidos, no deben bajar los brazos y sentirse conformes con esto, pues hay más de 500 personas que siguen s
ecuestradas por este grupo comunista.
Como cuenta la ex candidata a la presidencia colombiana, la situación que viven todos los rehenes, es realmente humillante. Ingrid Betancourt, no olvida las marchas que hacían todos a toda hora, durante los seis años que estuvo en cautiverio. Ni siquiera tenía privacidad para hacer sus necesidades fisiológicas. Las condiciones en que viven todos ahí son realmente infrahumanas. Es degradante y humillante para todo ser humano ser sometido de esa manera. Todo el tiempo permanecían encadenados privados de sus derechos.
Ingrid Betancourt no es la única que tiene una familia, no es la única que intentó fugarse, como aseveró uno de los rehenes liberados, no es la única que padeció este atentado. Hay cientos de personas que extrañan a los suyos, sin contar los que están afuera, esperando piedad de parte de este grupo de insensibles que pelean por una causa retrograda e infundada.
Todos esperamos que la lucha contra este grupo y por la liberación de cada uno de los rehenes, sea con la misma intensidad con la que se luchó por Ingrid, pues todas son vidas que merecen libertad.
La muerte de Manuel Marulanda Vélez “Tirofijo” y ahora la liberación de la más significativa, pero no la más importante de Ingrid Betancourt, son unos duros golpes para estos revolucionarios. Son cincuenta años que las FARC están instaladas en el país cafetero, cincuenta años perpetrando atrocidades. Ya es hora de que el chiste se acabe.
ecuestradas por este grupo comunista.Como cuenta la ex candidata a la presidencia colombiana, la situación que viven todos los rehenes, es realmente humillante. Ingrid Betancourt, no olvida las marchas que hacían todos a toda hora, durante los seis años que estuvo en cautiverio. Ni siquiera tenía privacidad para hacer sus necesidades fisiológicas. Las condiciones en que viven todos ahí son realmente infrahumanas. Es degradante y humillante para todo ser humano ser sometido de esa manera. Todo el tiempo permanecían encadenados privados de sus derechos.
Ingrid Betancourt no es la única que tiene una familia, no es la única que intentó fugarse, como aseveró uno de los rehenes liberados, no es la única que padeció este atentado. Hay cientos de personas que extrañan a los suyos, sin contar los que están afuera, esperando piedad de parte de este grupo de insensibles que pelean por una causa retrograda e infundada.
Todos esperamos que la lucha contra este grupo y por la liberación de cada uno de los rehenes, sea con la misma intensidad con la que se luchó por Ingrid, pues todas son vidas que merecen libertad.
La muerte de Manuel Marulanda Vélez “Tirofijo” y ahora la liberación de la más significativa, pero no la más importante de Ingrid Betancourt, son unos duros golpes para estos revolucionarios. Son cincuenta años que las FARC están instaladas en el país cafetero, cincuenta años perpetrando atrocidades. Ya es hora de que el chiste se acabe.
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